Bio
Creadora de Emporio la Rosa en 2001, que nació como un pequeño almacén de barrio en la calle Merced, y que luego se convirtió en una exitosa cadena que fue elegida en 2013 como una de las 25 mejores heladerías del mundo, según el portal gastronómico The Daily Meal.
En 2016, luego de vender el Emporio, hizo un diplomado de Escritura Creativa lo que la llevó a su primera experiencia literaria: “Las niñitas bien no usan bikini, linda”.
A partir de su interés en las hierbas nativas chilenas y los licores, estudió sobre botánica, para luego realizar visitas a fábricas y destilerías de Europa y Estados Unidos, donde se convenció de desarrollar un nuevo emprendimiento: Quintal, empresa gastronómica artesanal que ya partió con venta de destilados y chocolates.
Además, en su búsqueda para instalarse con su nuevo proyecto, gestionó la creación de una especie de cowork artesanal: Franklin CoFactory en un edificio en desuso del barrio, donde convergen plantas de oficio y talleres.